La entrada del calor en la Física Matemática hizo que
desde mediados del siglo XIX se desarrollase un gran interés en las medidas
precisas del calor involucrado en diferentes tipos de procesos. Surge así la Calorimetría,
impulsada por la exigencia del conocimiento de las propiedades térmicas de los
materiales empleados en las máquinas térmicas. Víctor Regnault, por encargo del
gobierno francés desarrolló una serie de técnicas calorimétricas para estudiar
las propiedades del agua, su vapor y otras sustancias de interés ingenieril. El
desarrollo de la termoquímica a manos de Julius Thomsen y Marcelin Berthelot
supuso otro gran impulso a la ciencia de medida del calor [1]. En la segunda
mitad del siglo XX, los avances en nuevos materiales, la electrónica y la
informática supusieron el perfeccionamiento de los métodos existentes y el
desarrollo de otros más amplios, precisos y fáciles de utilizar.
Hoy en día las técnicas de análisis
térmico son requeridas por un sinnúmero de
industrias entre ellas las alimenticias, las farmacéuticas, las
industrias poliméricas, metalmecánicas, de dispositivos de almacenamiento de
energía, en investigaciones biomédicas, entre otras, ya que a partir de ellas
se puede obtener información sobre la vida útil de los materiales, las
temperaturas de almacenamientos de éstos, las temperaturas a las cuales se
presentan cambios en sus propiedades físicas, los ambientes bajo los cuales se
presentan agentes patógenos, las reacciones químicas a determinadas
temperaturas etc.
[1] L.
Romaní, Calorímetría y Análisis térmico, Laboratorio de termofísica,
Universidad de Vigo, pg 1-5, http://es.scribd.com/doc/54018036/Calorimetria-y-Analisis-Termico
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